Igual que el bobo
pasmado que repite y repite la gracia para que se rían los demás, los gobernantes europeos reiteran con
machacona estupidez sus planes de austeridad que conducen a naciones
enteras a la indigencia.
La máscara que se han autoimpuesto para no ver más
que, lo que los mercados les dejan ver, les
lleva a someterse a la permanente supervisión de sus políticas económicas por
parte de los mercados de capitales. Si todo ello lo trufamos con la pérdida
de identidad nacional a la que estamos asistiendo, la inoperancia del Banco
Central Europeo, las ortodoxas obsesiones de Merkel, en definitiva, sólo
podemos diagnosticar que el enfermo (el
euro) está muy malito.
Al albur de esas políticas de austeridad se nos
prometía un futuro de salida de la crisis, pero la realidad es tozuda, las políticas neoliberales no han
funcionado nunca para salvar a los pueblos, sólo han fomentado el que los
ricos sean más ricos y que las empresas capitalistas acaben concentrándose más
y más.
Al cabo del
primer año de aplicación de esas políticas restrictivas, la recuperación anunciada se volatilizó y el hecho del creciente
deterioro de las finanzas públicas griegas, sirvió de detonante del peor cambio
de la historia de la política económica. Grecia fue el pretexto para cambiar toda la política presupuestaria que pasó de
la práctica común de déficit razonable, a la obligación imperiosa de su
reducción a cifras poco realistas.
1. EL FRACASO DE
LAS POLÍTICAS DE AUSTERIDAD
Las razones que
condenan al fracaso la estrategia de la austeridad generalizada son
las siguientes:
- La imposibilidad de que cada país por separado pueda compensar vía demanda externa el frenazo de la demanda interna, porque todos los demás países al optar también por la austeridad, verán comprometido el crecimiento, así como la pérdida de ingresos fiscales reduce el efecto de reducción del gasto.
- Todo ello, en un contexto en el que los mercados y los inversores internacionales, cuyas expectativas temporales, son incompatibles con el plazo necesario para poder llevar a cabo los ajustes. Lo cuál, implicaba que los inversores presionaran al alza las tasas de interés de los bonos soberanos y ello dio lugar a ataques especulativos que degradaron definitivamente los saldos presupuestarios. Es decir, se entró en una espiral en la que las subidas de los tipos de los bonos soberanos, hacen aumentar el servicio de la deuda, lo que profundiza el déficit, a continuación, las políticas económicas responden profundizando en la austeridad y… Si a esto añadimos el papel de las agencias calificadoras (rebajando la calificación de la deuda soberana), estamos ante un panorama desolador.
En este contexto de pánico financiero, debido al alza
de las tasas de los bonos soberanos y a las aberrantes políticas económicas, se
produce el que cada conjunto de
decisiones que se toman en las cumbres europeas incidan aún más en el problema.
Y es en este caos financiero en el que reina a sus anchas el inexorable avance
de las políticas neoliberales.
Por otro lado, en esta crisis y ya desde 2008, sólo hay unos vencedores y estos han sido los
bancos que han sido rescatados de sus dificultades mediante ayudas
estatales. Mientras tanto, los consejeros áulicos de los bancos y los medios de comunicación, se han encargado de plantear
que el problema es la “deuda soberana”, para en la distracción, escamotear
la realidad y permitirse pasar al contraataque. Hay que reconocerles el talento de haber convertido su “crisis” que, hubiese
supuesto su histórica descalificación, en la crisis de los estados que encima
financian sus desvergüenzas.
Detrás de la apariencia de la necesidad de respuesta
al “problema del déficit y la deuda”, lo
que se ocultaba era el desmantelamiento del Estado social, forzado por una
situación en la que los Gobiernos creen tener la suficiente justificación para
hacer lo que en realidad no era necesario. El
ajuste presupuestario consistía: en no reponer a los funcionarios que se
jubilaran, disminuir sus salarios nominales, recortes salvajes en el gasto
público, recorte de prestaciones sociales, aumentos del IVA, ataque a los
sistemas de pensiones públicos, etc. Y además del cambio cuantitativo de los
ajustes se procede a pasar al cambio cualitativo a partir del 2011 con la constitucionalización del equilibrio
presupuestario y la prioridad de pago de la deuda por encima de cualquier
otro gasto del Estado. Y todo ello, resuelto sin la participación de los ciudadanos.
El futuro de la
austeridad que, ya casi nadie defiende, está
muerta en tanto que ideología: para
los inversores que reclaman una cosa y la contraria –control del déficit y
crecimiento-; para los gobiernos, a
remolque de los mercados y entretenidos en la búsqueda de la cuadratura del
círculo; también para el FMI que
empieza a temer que las restricciones presupuestarias liquiden a la
recuperación; para la Comisión Europea,
cuyas previsiones de crecimiento registran el desastre anunciado por estas
erráticas políticas; incluso para
Alemania que se empieza a dar cuenta al fin, de que no puede vivir aislada
en medio de unos socios que están en la quiebra y que ya no podrán absorber sus
exportaciones, lo que limitará su crecimiento.
¿Qué queda entonces de esa estrategia de ajuste de los
déficits? Los Gobiernos empiezan a tener
conciencia del problema y ya empiezan a observarse los primeros síntomas de
cambio de actitud que, no es que renuncien al rigor (hasta ahí no llegan)
sino que comienzan a buscar salidas en otras direcciones.
2. CRECIMIENTO
VÍA EXPORTACIONES, AJUSTES SALARIALES Y PÉRDIDAS DE DERECHOS DE LOS
TRABAJADORES
Pero el
neoliberalismo sigue firme combatiendo contra sus dos enemigos declarados: el
Estado y los salarios de los trabajadores. Intenta aplastar al primero
poniendo como pretexto la ‘deuda’ e intenta controlar el segundo por la vía de
los ‘enormes costes salariales y la productividad’. Como ya muchos economistas neoliberales reconocen abiertamente que la austeridad es
calamitosa para la reducción del déficit, nada frena las ansias
neoliberales en tanto que pretenden relanzar
el crecimiento por la vía de la competitividad es decir, con la reducción de los costes salariales.
La austeridad ha
propiciado una caída considerable de la demanda interna en toda la zona euro por lo que los
gurús económicos recomiendan que se
fomente el crecimiento de la demanda exterior. Pero esto no será posible
por al menos dos buenas razones:
- El crecimiento por la vía de incrementar las exportaciones no podría conseguirse en el corto plazo, sólo sería posible modificar la economía de un país para potenciar su demanda externa a medio o largo plazo. Por tanto, no es posible reducir el ratio deuda/PIB de inmediato.
- Pero incluso la idea de que todos los países de la eurozona adoptaran esta estrategia la haría inútil dado que si todos fueran exportadores netos nadie podría absorber estas producciones (recuérdese que la exportaciones agregadas son iguales a las importaciones agregadas)
Por lo tanto, de
la recomendación general sólo quedaría la caída de los salarios y la austeridad
presupuestaria y derivada de ambas, una constricción suplementaria de la
demanda interna que se sumaría a la ausencia de expansión de la demanda externa
que combinadas producirían un incremento galopante de la recesión.
Pero, como para
los poderes económicos la ineficacia de las políticas neoliberales nunca fue un
motivo para recusarlas, le quedan las “conquistas alcanzadas”: reducción de
prestaciones de jubilación, desregulación del despido, derogación de los
convenios estatales, cláusulas de descuelgue por parte de las empresas de los
convenios firmados, desaparición del trabajo fijo,… todo lo que sea susceptible de flexibilizarse terminará flexibilizado
(esta será la nueva canción del verano).
Y mientras tanto, la crisis de las deudas soberanas
de la que se está lejos de poder resolver y que muy probablemente, puedan
repuntar con más fuerza aún, si cabe. ¿Podrán
los gobiernos afrontar esa doble alarmante situación?
3. EL SHOW DE LOS
BANQUEROS: DRAGHI, MONTI Y PAPADEMUS
Caída Grecia, el siguiente trofeo para los
especuladores internacionales era Italia
y es de temer que ya no salga de la crisis si no es a través del rescate
financiero. El nombramiento de banqueros para el cargo de primeros
ministros de Grecia e Italia fue tan grosero que hasta los más ingenuos de los
ciudadanos europeos se dieron cuenta. ¿Para qué? Quizás para demostrar que
¿Goldman Sachs tiene poder para nombrar primeros ministros en Europa al margen
de los ciudadanos? Lo único que puede esperarse de estos dos “prendas” es que
hagan lo mismo que hicieron sus antecesores en los cargos, pero peor para los
ciudadanos y sus respectivos países.
Estos tipos al igual que el presidente del Banco
Central Europeo Mario Draghi, representan
lo nefasto de un sistema que fracasó y que además desprecia a los pueblos y la
política democrática (no tienen ningún reparo en acceder a puestos que las
urnas no les han procurado).
En la actual situación estos tres tipos “geniales” no
encontrarán mucho que pueda ayudarlos, los
Fondos Europeos de Estabilidad Financiera (FEEF) no han sido provistos
suficientemente como para garantizar el crédito suficiente para Italia (no
menos de 600.000 millones de euros). En este sentido Alemania advirtió en la cumbre del 27 de Octubre de 2011 que no se comprometería más allá de lo que ya
había aportado y por otro lado, China y las monarquías árabes del petróleo a
las que se les había pedido ayuda, declinaron la invitación. Todo esto sin
tener en cuenta la posibilidad de que España necesitara de ayuda del Fondo y,
si a España le siguiera Francia,…
Respecto de Grecia,
sólo diremos que la última pretensión
alemana es la de colocar a alguien que supervise el presupuesto (ya ni
siquiera consideran que nombraron ellos al actual primer ministro) sobre todo,
para asegurarse que lo primero que han
de hacer los griegos es pagar sus deudas y luego si queda algo, comer.
¿Esta es la Europa
en la que queremos estar? ¡Que personaje más digno es Papademus y su Ángela…!
4. EL FONDO QUE
NUNCA TENDRÁ FONDOS Y EL BCE
Cada país que
acuda al rescate del FEEF al entrar en la lista de los países socorridos
abandona el papel de los salvadores. Y a continuación, sobre los países
garantes que quedasen, se reparten las cargas del conjunto. Este funcionamiento
pone de manifiesto las limitaciones que
supone el hecho de que varios países se han de sobreendeudar para salvar a
otros. Por eso, la pérdida de la triple A para Francia supone de facto el
envío a pique del FEEF, amenazado a su vez de perder sus fondos por culpa de su
segundo principal contribuyente.
A la vez, se ha pretendido que el Fondo rescatara en los mercados secundarios títulos soberanos de
países miembros como freno para evitar el alza de los tipos de interés de
la deuda. Sólo le hubiese faltado esto al “pobre” FEEF, dado que además de tener
medios limitados y conocidos, tuviera que exponerse a la vigilancia de los
mercados que, sabrían en todo momento cuál era el estado de su tesorería.
Las soluciones al
problema de la deuda pasan exclusivamente porque el BCE pudiese imprimir moneda
de manera casi infinita (como hace la Reserva Federal
Norteamericana), lo que frenaría la
especulación de manera radical. Pero, no sólo debía hacerlo, sino que
además, debería publicitar su compromiso ilimitado con los países en crisis de
deuda, lo que supondría un muro que los
mercados no atravesarían jamás. Pero, el BCE, ni lo uno ni lo otro…
La legislación europea sobre el BCE, ha encorsetado al banco de tal modo que, en realidad, no se está comportando como un banco
central. Intervenir masivamente, como se le está pidiendo, validaría la
posición de los Estados que tienen problemas financieros e incluso vulneraría
la posición de ortodoxia presupuestaria que mantiene el banco por encima de
cualquier consideración. Y por otro lado, la
no intervención supone dejar que la situación de conjunto de la eurozona se
deteriore, al punto de que la destrucción de la zona euro parece la única
salida razonable para los Estados con problemas.
5. LA INUTILIDAD DE LAS CUMBRES EUROPEAS PARA SALIR DE LA CRISIS
El conjunto de
recetas neoliberales, unidas a la austeridad, han propiciado y, esto es un
hecho, las subidas de las tasas de interés de los bonos (Italia, pasaron
del 5,8% a fin de Octubre del 2011, al 7,5% a mediados de Noviembre). Aunque en
este momento parece que los mercados han concedido un descanso mientras se
producía la enésima Cumbre.
Desde que Francia ha perdido su calificación triple
A, sabe que ya está en la “diana” de los especuladores. Los ataques especulativos no sólo no han cesado, sino que se han
ampliado, fundamentalmente por la inoperancia en reconocer la quiebra de
Grecia, la más que posible de Portugal, la de Italia está cercana,…
Simplemente constatar que todas las economías que entraron en la zona peligrosa
sólo salieron –parcialmente de ella- vía FEEF.
La inutilidad de
las Cumbres se manifiesta:
- Por la incapacidad en reconocer las contradicciones en que se incurrió en la creación de la zona euro y la moneda única.
- Por el nombramiento de tecnócratas que se esperan hagan milagros y que como han demostrado hasta ahora, lo único que han hecho es aplicar aún más salvajemente si cabe, los dictados neoliberales.
- Por la ineficiencia de las recetas practicadas que han fracasado en Grecia, Irlanda, Portugal e Italia, más tarde de nuevo en Grecia, pronto en España y detrás de la esquina espera Francia, la zona euro es una zona desesperada y sin soluciones a la vista.
Mientras tanto, la desesperación de poblaciones enteras como la griega, portuguesa, irlandesa que sufren los rigores de políticas que se orquestan en cenáculos a miles de kilómetros en donde se decide que va ser de “la vida y la hacienda” y la dignidad de millones de europeos.
Pudiera ser que en Europa se esté gestando
la muerte del propio neoliberalismo, pero no lo hará sin “morir matando”. Se está obviando que el salto hacia delante
que suponen las políticas fiscales acordadas hayan llegado demasiado tarde y
sus efectos, sólo podrían llegar en el medio plazo, lo que es seguro es que los
mercados no esperarán hasta entonces y el derrumbe parece inevitable.
El encadenamiento de defaults y hundimientos bancarios -más que previsibles- generarán al menos, la caída de la venda de los ojos
de los ciudadanos europeos y con su empuje, probablemente desaparezcan de una vez las políticas neoliberales, lo que abriría el comienzo de un nuevo día para Europa.
Hoy los ciudadanos europeos no podemos mostrarnos indiferentes a la ola
neoliberal que nos arrasa: los sindicatos, partidos de izquierda,
colectivos ciudadanos, ecologistas, el 15M, etc., deben/debemos implicarnos, es nuestro reto. La responsabilidad que tenemos con nosotros y las generaciones
venideras, así lo demanda.
Postdata (sobre la última Cumbre*).-
1. El Tratado obliga solo a reducir el déficit, no a
avivar economía y empleo
2. El Plan para crecer: un malabarismo de reasignar
partidas sin un euro nuevo
3. “Los líderes dedican gran parte del tiempo de sus
cumbres a discutir cómo sacan la patita que han metido en la cumbre anterior”,
susurra un protagonista en la alta política de la UE.
4.
El cónclave hizo
dos magnas contribuciones a la secuencia de empecinamientos: la luz verde a un
contrahecho Tratado de Estabilidad y el endoso de un plan de crecimiento
económico que no es un plan. Una tomadura de pelo.
* Recogido del artículo de Xavier Vidal-Folch en El
País: Es una tomadura de pelo o lo parece
Totalmente de acuerdo con lo apuntado, sin embargo me queda una cosa. Veo un problema que se siga llamando crisis y que se apunte hacia las estrategias que emplean Estados y demás organismos, debatiendo si lo que hacen funciona o no, si están o no equivocados.
ResponderEliminarNo lo están, lo que hacen les está funcionando a la perfección: bajarán el nivel de vida occidental y seguirán explotando al resto de los pueblos lo que sea necesario para mantener su nivel de vida y "triunfar" en la loca conquista del gobierno mundial.
El premio máximo: gobernar sobre un planeta de ruinas, esclavitud e infelicidad.
Victor, tienes razón las políticas que se practican se hacen con premeditación, a veces con nocturnidad y siempre con alevosía. Los políticos son los mayordomos de sus amos, en el caso de Europa: UE, BCE y FMI y en el caso norteamericano y mundial al son que tocan Wall Street y la Reserva Federal.
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