viernes, 9 de diciembre de 2011

Las lágrimas de la ministra italiana de Trabajo

Lorenzo Rivilla (lorenzo.rivilla@gmail.com)

Me desayuno estupefacto con la noticia relatada por Pablo Ordaz en El País y que así describe en la entradilla: El llanto de la ministra Elsa Fornero al anunciar los recortes hizo a los italianos conscientes de la situación y también abrió un nuevo tiempo en la política.

Flipo, no con la noticia sino con el redactor, así que ¿las recetas neoliberales de trabajar más años y por menos dinero se enjugan a la vez que las lágrimas de la ministra?

He de sugerirle al director de El País que ascienda a Pablo Ordaz a portavoz de los intereses de sus señoritos, si de esos que están en la Trilateral y el Club Bildeberg, ¡sí! Porque después de este artículo se lo merece

Me permito recordar al lector, poco avisado, que se fije en la “profundidad” del mensaje económico/neoliberal que se explica en unas pocas lágrimas y en “joder” a los de siempre.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Y..., del euro ¿qué?


Lorenzo Rivilla (lorenzo.rivilla@gmail.com)

1.     LA CRISIS EUROPEA Y LAS POLÍTICAS DE AJUSTE

El tremendo error que supone el mantenimiento de las políticas de recortes sociales y de ayudas a la banca, impide que se puedan ofrecer soluciones a los problemas económicos existentes en Europa, ni siquiera con el incremento, cada día más intenso, de los sacrificios que se les está imponiendo a las poblaciones de los países periféricos.

Exprimir las últimas gotas del sudor de los pueblos y el expolio de sus aparatos productivos, va a dar lugar a una fractura social sin precedentes. Ahogando las economías de los países en problemas, es de imbéciles pensar que se va a poder pagar la deuda y avanzar en la construcción europea. Lo que se está produciendo en los países periféricos es un rechazo cada vez más profundo hacia Europa[i].

Los gobiernos europeos deben dejar de actuar como siervos de los poderes financieros, porque aquí se está gestando una segunda fractura quizás más importante que la anterior: la ruptura sin retorno de los pueblos con sus gobiernos, con los políticos (todavía alguno se pregunta: ¿Qué quieren los del 15M?).

Las políticas de ajuste no pueden resolver los problemas europeos y principalmente el del euro, porque los fallos derivan de una errónea concepción en la construcción de la eurozona: la falta de mecanismos que permitan la realización de políticas fiscales, la ausencia de un presupuesto suficiente en la UE, la ineficacia en la construcción del BCE que impide que este sea un banco que financie a los Estados cuando estos lo necesiten, la falta de una regulación adecuada sobre las entidades financieras, un control estricto de la circulación de capitales, etc. Por todo esto, no hay ninguna política de ajuste que resuelva un puzzle al que le faltan las piezas que le dan consistencia.