lunes, 29 de octubre de 2012

El fútbol como arma de alienación

Lorenzo Rivilla (lorenzo.rivilla@gmail.com)
Nos sobra aburrimiento pero tenemos prisa.
Interconectados diariamente
formamos una estructura difusa
que abre fronteras para evitar
los sueños libertarios y el esfuerzo.
Cada uno hace lo que puede.
Sobre todo llamar la atención.
A veces, con mendrugos de fe
o celebraciones de egos maltrechos.
También se mecen frustraciones
con baladas de puestas en escena.
Todo es posible, hasta la crueldad.
No es furor lo que nos empuja
al precipicio de nuestros conflictos,
sino que nos mueve la dejadez
y el terror a ser diferentes.
Necesitamos tanto que nos quieran
que empeñamos nuestros deseos
y la posibilidad de llegar a saber.
Preferimos la ignorancia y el fútbol
a la propia vida
porque andamos tan despacio
como corremos hacia la muerte.

La ignorancia y el fútbol (Aurora Labio)

Es demasiado frecuente el criticar al fútbol y, en general, a los espectáculos de masas, como fenómenos de alienación y embrutecimiento colectivo. Pero, no se puede esperar de ninguna manera que un trabajador/a con jornadas laborales de 10 a 12 horas diarias y con las consiguientes tareas caseras diarias después, se introduzca en actividades intelectuales que requieren tiempo y concentración. Sabemos y también el poder, que toda estructura social represiva necesita de transgresión: evasión de la realidad, entretenimiento, ocio, diversión, etc.

1. El efecto placebo

Una investigación desarrollada por neurólogos de la Universidad de Michigan ha descubierto los mecanismos cerebrales que explican el efecto placebo, esa capacidad que tienen algunas personas para curarse o aliviar un dolor tomando una falsa medicina, inocua y sin eficacia alguna, y que es prescrita por muchos médicos. Cuando una persona cree que va a tomar una medicina, su cerebro activa una región vinculada a la habilidad de experimentar un beneficio o una recompensa, el núcleo accumbens, y segrega dopamina, provocando el alivio al dolor. Los neurólogos descubrieron así que el grado en que una persona responde a un tratamiento de placebo está vinculado íntimamente a la actividad que registre el área del cerebro destinada a obtener un beneficio o una recompensa.

Un placebo es una terapia que no tiene eficacia médica, pero que puede tener efectos curativos o paliativos si el paciente cree que en realidad está tomando una medicina. El placebo puede ser una pastilla, pero también una operación quirúrgica o un tratamiento psicoterapéutico, que sólo tiene resultados por el mero hecho de que algunas personas creen que se están medicando. 

Eduardo Martínez


Sabemos en que situación está el país, no insistiremos en ello. Cada día, muchos ciudadanos salen en busca del sustento, algunos, los más, gente que está ubicada en los umbrales de la pobreza; otros, los que tienen un trabajo salen de su casa rogando aquello de: ‘virgencita, que me quede como estoy’; los de clase media, que ven día a día recortarse sus prebendas; para los de las clases altas, que su problema es no tener problemas. Todos los apuros que tienen los ciudadanos se posponen ante el evento del siglo, del año o quizás del mes y en general, ni esto, sólo es el partido de fútbol semanal.

jueves, 18 de octubre de 2012

Sólo el abandono de la eurozona, nos permitirá respirar


Lorenzo Rivilla (lorenzo.rivilla@gmail.com

 “Por supuesto que es lucha de clases y mi clase va ganando”
Warren Buffet (uno de los hombres más ricos del mundo)

Es curioso que la UE diera, casi inmediatamente a su presentación, su visto bueno a los Presupuestos Generales del Estado español, ¿por qué? A mi juicio sólo hay una razón de peso: Bruselas sabe que con más austeridad es imposible cumplir los objetivos de déficit, su único fin es que los bancos españoles paguen sus deudas a los bancos del resto de la UE, principalmente a los alemanes, y una vez consolidada la ruina del estado español (cada vez más deuda y prácticamente impagable por una economía en recesión), lanzarse al asalto de las futuras privatizaciones que se van a dar en España como consecuencia de las propias políticas que ellos mismos nos recetan.

Se viene ignorando, evidentemente, de manera interesada, los últimos datos de la Contabilidad Nacional. Esta, pone de manifiesto inequívocamente que la caída del PIB respecto de los años 2010 y 2011 era mayor de lo hasta ahora se suponía. ¿Qué significa esto? Que para un menor PIB final, con un déficit igual, la relación entre ambos: déficit/PIB, crece. Es decir, que el porcentaje de déficit del Estado español es mayor y, por lo tanto, estamos en peor situación de lo que se nos ha dicho hasta ahora.

La realidad de la crisis en España es que la recesión se agrava con mayor rapidez de la prevista, esto dicen los datos económicos recogidos de la propia Contabilidad Nacional y de ellos, tampoco se desprende ni un atisbo siquiera, de recuperación.

Los datos más graves son los que se refieren a la demanda interna (la que tiene que ver con el consumo, la inversión de las empresas y el sector público de la economía) ha caído un 3,9% en tasa interanual frente al 3,2% del trimestre anterior. Esto significa, primero que estamos peor que en el anterior trimestre y, en términos absolutos que la demanda interna tira hacia abajo de la tasa de crecimiento: a menor gasto se crece menos o definitivamente como ocurre, se decrece.

Si bien hay un dato relativamente positivo que es el que se refiere a la demanda externa (exportaciones menos importaciones) que es positiva, aunque estancada en el 2,6%. Es decir, las exportaciones no consiguen crecer lo suficiente para poder ser el motor de la economía española.