viernes, 6 de junio de 2014

¿Es ésta la Europa que queremos? ¿Es posible cambiarla?

Lorenzo Rivilla (lorenzo.rivilla@gmail.com)

Este esbozo sobre la UE que presentamos, es un resumen de un informe más amplio elaborado para un determinado organismo europeo que con motivo de las elecciones europeas, recientemente celebradas, nos fue solicitado.

Gritamos berreamos moqueamos chillamos 
maldecimos 

porque es mejor llorar que traicionar 

porque es mejor llorar que traicionarse 

Llorá 

pero no olvides.

    Mario Benedetti

La arquitectura de la construcción europea ha quedado sometida a la dictadura de los mercados y las finanzas. Mientras, se constriñen los derechos de los ciudadanos. La distancia entre lo que representa el poder político y el pueblo, en los diferentes países europeos, es cada vez más abismal.
La Europa social ha desaparecido prácticamente en los países más golpeados por la crisis y está en franca regresión en el resto ante el inexorable empuje de los mercados financieros.
Los pasos supuestamente integradores que se han dado en la UE, han sido ajenos a esa voluntad de integrar a los diferentes pueblos europeos. En realidad, lo que se gestado es un mercado de libre circulación de mercancías y capitales y nunca, insisto, nunca, ha habido la voluntad de conseguir una integración política y social de los ciudadanos de Europa.
La UE se ha convertido en un gigantesco mercado económico y financiero, donde los diferentes entes que lo constituyen: empresas y bancos, son cada vez más grandes y poderosos, a costa, de engullir a las pequeñas y medianas unidades económicas. De este modo, y a lo largo de los años, la UE se ha convertido en una amalgama de multinacionales y entidades financieras, cada vez más colosales, todas y cada una de las cuales es sistémica en sí (me refiero al riesgo creado por interdependencias en un sistema o mercado, en que el fallo de una entidad o grupo de entidades puede causar un fallo en cascada, que puede hundir el sistema o mercado en su totalidad)