jueves, 29 de septiembre de 2011

Zapatero a tus zapatos...

Lorenzo Rivilla (lorenzo.rivilla@gmail.com)

Me enervan las declaraciones públicas de nuestro José Luis, Zapatero para más señas. Asegura nuestro preboste, eso sí, sin rubor alguno, que el dinero que el Estado español ha facilitado a la banca privada nos será devuelto con creces… ¿ingenuidad?, ¿impostura?..., yo creo que cara-dura es el término que mejor le define.

Vamos a proponerle a él, a nuestro prohombre, algunas reflexiones y unos pocos datos:

1.     Al comienzo de la crisis (finales de 2007) el estado español, tenía un poco más de un 36% de deuda externa, que sí José Luis, esta es la deuda que el Estado tenía con la banca.

2.      El cierre de los presupuestos del estado en 2007 se saldo con superávit por un total de casi 16.000 millones de euros, a nuestro favor, es decir, José Luis, teníamos en caja esa “pasta”.

Estas eran unos excelentes resultados del Estado español. Pero, ¡llegó la crisis!, “tal cuál retorna la cigüeña al campanario” y yo, ciudadano español para que conste en acta, afirmo solemnemente: Prometo por mi honor que nada tengo que ver en la gestación de esta crisis. Así mismo reclamo para más del 95% de los españoles su más que probada inocencia en la génesis y desarrollo de la misma. José Luis, ¡sí! sabemos todos que los ciudadanos del estado español no son los culpables de la crisis ¿por qué les pasas la factura de un delito que no han cometido? ¿quiénes son los verdaderos delincuentes? ¿los hay?

jueves, 15 de septiembre de 2011

El neoliberalismo impide actuar sobre los ingresos para rebajar déficit y deuda

Lorenzo Rivilla (lorenzo.rivilla@gmail.com)

…, para que el imperio pueda seguir concentrando la riqueza en pocas manos, es necesario que la mitad o más de la población de este planeta desaparezca.

Sara Rosenberg (De lo visible y lo invisible: Ver el bosque y ver el árbol)

Ha largo tiempo, cuando se nos enseñaba que la economía era una ciencia (como si tal fuese), se nos mostraba la misma como si estuviéramos ante un conjunto de reglas y ritos sagrados que sólo los iniciados eran capaces de vislumbrar.

Y, en general, con el paso del tiempo, uno llegaba a la conclusión de que todo el andamiaje teórico que le habían insuflado, no servía para nada, en todo caso, descubríamos que la verdadera cara de los fenómenos económicos únicamente se entienden cuando se analizan los mismos al albur de los datos que reportan, es decir, vemos lo que ocurre pero “a toro pasao”.

Las teorías ortodoxas de la “ciencia económica” apenas sirven para poder predecir el futuro y a veces, ni siquiera son suficientes para analizar el presente. ¿Qué son si no las predicciones de los ‘100 economistas’ de Zapatero? ¿Qué sucede con las posiciones que están manteniendo nuestros destacados dirigentes de la Hacienda Pública? Ambos, los unos están recetando y los otros aplicando las políticas económicas que la ortodoxia dicta y, que con los datos que poseemos desde los años setenta en los que se empezaron a aplicar las mismas, han demostrado ser ineficientes para resolver la crisis.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Algunas consideraciones previas




Lorenzo Rivilla (lorenzo.rivilla@gmail.com)


La crisis económica ha sacado a la calle el malestar contenido durante todos estos años de miles de ciudadanos ¿gracias a la crisis?


¿Se ha perdido el miedo individual y/o colectivo? Ya hay millones de ciudadanos en España, en Europa, en fin, en el mundo, que nada tienen/tenemos que perder.


Finiquitado el trabajo, ejecutada la hipoteca, etc. ¿Qué nos queda?


Los años de esplendor (para algunos) de la economía parecían darnos a entender que cualquiera de nuestros deseos estaba a nuestro alcance: la rubia, el macizo, el coche de alta gama, el adosado, el perfume de las estrellas, los viajes, etc. Pero, la crisis se encargó de ponernos en nuestro sitio: no hay empleo, limitación/liquidación del crédito, adiós compras a plazos, ya no hay hipotecas ni siquiera para el que trabaja,…

La crisis profundizó mucho más en el sistema y puso al descubierto la catadura moral del sistema financiero, la podredumbre de la estructura política que sustentaba el tinglado: enchufes, favores para el empresario amigo,… y en fin, injusticia para ti ciudadano que vas a pagar la crisis que dicen tiene el sistema: ¡tú eres el culpable! El que se ha limitado a trabajar, a cumplir con tus obligaciones, a votar, a ver la televisión adormidera. ¿Pero que he hecho mal? te preguntas, pues eso, lo que has hecho, les has dado a los políticos tu soberanía para que te representen y, estas son las consecuencias.