jueves, 7 de marzo de 2013

Todo es ficción…, una cruel mentira


Lorenzo Rivilla (lorenzo.rivilla@gmail.com)

Una mentira no tendría sentido si la verdad no fuera percibida como peligrosa.

Alfred Adler

Empezamos por contarle a nuestros hijos milongas que dan lugar a falsas expectativas: los reyes magos, la cigüeña, el ratoncito Pérez, etc., y lo que es peor, los imbuimos de creencias como lo imposibilidad de los cambios sociales, con planteamientos tales como: “ha sido siempre así y eso no cambiará…”, adornándolo además, con la autoridad que emana del discurso “Si Dios lo quiere…” ¿Cuáles serán la consecuencias de estas proclamas? Pues es evidente: la creencia de que por mucho que se luche, las cosas son inmutables y no cambian.

Veamos los cuentos que nos narran a los mayores y analicemos el decorado de cartón piedra que nos han montado:

1. La crisis mundial

La actual situación económica se nos presenta como un fenómeno pasajero que con medidas de ajuste, se logrará superar. Pero, la realidad es bien diferente, estamos ante una crisis sistémica y de civilización, en la que lo que se juega, es el porvenir de los ciudadanos en la sociedad frente al ataque indisimulado de unos pocos que pretenden apropiarse de los bienes que ha generado la humanidad desde sus albores. Esta es una crisis del capitalismo que se pretende gobernar en base a la expropiación forzosa de la ‘vida y hacienda’ de la mayoría de los ciudadanos.

2. La crisis del Sur de Europa

El conjunto de medidas impulsadas por la troika para los denominados PIGS no hacen sino incrementar los desajustes estructurales que estos países tenían. La deuda que era tolerable antes de la aplicación de estas disposiciones, se ha convertido en insoportable después de las mismas. La propia configuración de la UE es parte del problema –y no el menor- para explicar la crisis de estos países, ¿qué significa si no la expansión de la crisis a todo el conjunto de la eurozona? En todo caso, las medidas impuestas por la eurozona para estos países sólo benefician al capital financiero y especulador.

3. El pago de la deuda

Nos mienten quienes nos dicen que las deudas hay que pagarlas, implique lo que implique de penurias para la población. Hay cientos de precedentes de impagos de la deuda pública sin que ello suponga la desgracia del país que la practica. Sin ir más lejos y en el horizonte próximo: Argentina, Ecuador, Islandia, EE UU en Irak, etc. En todo caso, poner de manifiesto que gran parte del débito de España es una deuda odiosa propiciada por los Gobiernos de turno que ha servido para beneficiar a bancos y grandes empresas al margen de los intereses generales de los ciudadanos.