Lorenzo Rivilla (lorenzo.rivilla@gmail.com
“Por supuesto
que es lucha de clases y mi clase va ganando”
Warren Buffet (uno de los hombres más ricos del mundo)
Es curioso que la UE diera, casi inmediatamente a su
presentación, su visto bueno a los Presupuestos Generales del Estado español,
¿por qué? A mi juicio sólo hay una razón de peso: Bruselas sabe que con más
austeridad es imposible cumplir los objetivos de déficit, su único fin es que los bancos españoles paguen sus deudas a los bancos
del resto de la UE, principalmente a los alemanes, y una vez consolidada la
ruina del estado español (cada vez más deuda y prácticamente impagable por una
economía en recesión), lanzarse al asalto de las futuras privatizaciones que se
van a dar en España como consecuencia de las propias políticas que ellos mismos
nos recetan.
Se viene ignorando,
evidentemente, de manera interesada, los
últimos datos de la Contabilidad Nacional. Esta, pone de manifiesto
inequívocamente que la caída del PIB respecto de los años 2010 y 2011 era mayor
de lo hasta ahora se suponía. ¿Qué significa esto? Que para un menor PIB final,
con un déficit igual, la relación entre ambos: déficit/PIB, crece. Es decir,
que el porcentaje de déficit del Estado
español es mayor y, por lo tanto, estamos en peor situación de lo que se nos ha
dicho hasta ahora.
La realidad de la crisis
en España es que la recesión se agrava
con mayor rapidez de la prevista, esto dicen los datos económicos recogidos de
la propia Contabilidad Nacional y de ellos, tampoco se desprende ni un atisbo siquiera, de recuperación.
Los datos más graves son
los que se refieren a la demanda interna (la que tiene que ver con el consumo,
la inversión de las empresas y el sector público de la economía) ha caído un
3,9% en tasa interanual frente al 3,2% del trimestre anterior. Esto significa,
primero que estamos peor que en el
anterior trimestre y, en términos absolutos que la demanda interna tira hacia abajo
de la tasa de crecimiento: a menor gasto se crece menos o definitivamente
como ocurre, se decrece.
Si bien hay un dato
relativamente positivo que es el que se refiere a la demanda externa
(exportaciones menos importaciones) que es positiva, aunque estancada en el
2,6%. Es decir, las exportaciones no
consiguen crecer lo suficiente para poder ser el motor de la economía española.
¿Por qué cae la demanda interna?
En primer lugar, nos
centraremos en el componente principal que es la caída del consumo. El elemento que en mayor medida condiciona
el consumo es la bajada del empleo, en este sentido indicar que según las
cifras de la Contabilidad Nacional se han perdido 800.000 puestos de trabajo en
el último año.
Si además, se le añade que
el incremento de la inflación es mayor que el incremento de los salarios, nos encontramos con una pérdida de poder
adquisitivo de los trabajadores que evidentemente, condicionarán a la baja el
consumo. Si añadimos la bajada de salarios de los empleados
públicos, la caída del consumo es aún grave.
Es decir, en primera
instancia podremos concluir que con la
caída del empleo y los recortes salariales, el principal componente de la
demanda interna que es el consumo
privado, se vea perjudicado a niveles no conocidos en las últimas décadas.
El segundo componente de la demanda interna es la inversión que realizan las empresas y aquí los
datos son aún peores que los consignados anteriormente. La inversión ha caído hasta el -9,4% del PIB y lo
que es peor, sin posibilidades de que esto cambie.
La evolución del gasto de la AA. PP.,
tercer componente de la demanda interna y que para variar, también es negativo
(-3%). En épocas de crisis se espera del Estado que compense la
falta de inversión privada…, pero ni esto se está haciendo, antes al contrario,
se está reduciendo gasto e inversión pública.
Las
consecuencias son la caída de la demanda
interna de manera sostenida y si, la demanda externa no la contiene (lo que
como hemos visto no sucede) cae la economía del país. Estas son en síntesis,
las razones estructurales por las que la
economía española no puede remontar la crisis.
¿Qué soluciones tiene el Gobierno
Rajoy?
En
primer lugar, dejar claro, que los
gobiernos en España desde la entrada en la eurozona no tienen política
económica propia y seguramente, tampoco quieran tenerla. Así que la
política económica es la misma la gestione quien la gestione: sea el PSOE o el
PP. Desde antes de la crisis se han
entregado a la UE los instrumentos de la economía que permitían hacer las
cosas de otro modo.
No existe la posibilidad de emplear
políticas monetarias que ayuden a las exportaciones con devaluaciones
controladas. Y por último, en España, y como consecuencia de cómo entramos en
la UE, se desmanteló el tejido
industrial, servicios y el sector agroalimentario de modo que ahora, apenas
sea posible el fomento de estas actividades, dado que nuestras empresas
desaparecieron o fueron absorbidas por multinacionales extranjeras.
Así
que el único margen que tiene el Gobierno es actuar a través de la política
fiscal y esta también está controlada por Bruselas, recordemos que hay fijados unos objetivos de déficit del
3% y un máximo de deuda del 60%, lo que condiciona casi cualquier posibilidad
de realizar políticas activas de gasto público. Por tanto, este Gobierno y
los sucesivos que los sustituyan estarán retenidos por estas disposiciones. Y
además, el problema que tiene España es que ese objetivo de déficit, ha de
conseguirse en un plazo muy breve, lo cual hace la situación insostenible.
Es
decir, si el Gobierno hiciera unas
políticas expansivas de gasto, aumentaría el déficit y la deuda y sería
imposible cumplir el objetivo fijado y
sí, por el contrario, cumple el objetivo marcado, nos encontraremos con una
economía en recesión que destruye todo el tejido productivo.
Es
verdad, que dentro de la política fiscal
habría ciertas posibilidades de no dañar únicamente a las clases más populares,
pero esas medidas no remediarían los problemas estructurales que tiene la
economía española y por tanto, NO HAY
ALTERNATIVAS en la tesitura en la que nos encontramos: o recuperamos la
capacidad que como Estado tendríamos estando fuera de la eurozona, o el
porvenir de España será como el de Grecia.
¡El rescate nos salvará!, o, ¿puede
qué no?
Reiteradamente
se nos viene contando la milonga: “el
nuevo rescate no traerá más recortes”...
Los
hechos marcan la realidad, independientemente de lo que nos quieran hacer ver. España lleva aplicando ajustes y recortes
en la misma medida y escala que las economías rescatadas (Irlanda, Portugal
y Grecia). En ese contexto, el futuro
rescate, viene cargado con tantas y
más ‘podas’ que las que se han practicado en los países intervenidos.
Pero
además, nuestro país presenta una singularidad respecto a los anteriores y es
que en el mismo año, se van a practicar
dos rescates: uno a la banca y otro al conjunto de la economía. Así pues,
cada uno de ellos traerá aparejado su correspondiente contrato de recortes.
Un
doble ajuste, además de los ya practicados en una economía en recesión (caída
del PIB del 1,3% según el FMI), un 25% de desempleo, etc. ¿Qué nos indica esto?:
1. España, no puede dados sus males
estructurales, salir de la crisis con
estas políticas.
2. ¿Para cuándo el tercer rescate?
Todavía no se ha solicitado el segundo
rescate y es obvio que no será suficiente y que habrá que tomar nuevas medidas.
3. ¿Hará caer España al euro?
Y
mientras se produce la debacle (estamos al borde de ella), las recetas que nos
impondrán a cuenta del rescate-país serán de este tenor (lo recomienda así el
BCE):
1. Flexibilidad en la
determinación de los salarios.
2. Suprimir mecanismos que liguen salarios a inflación.
3. Reducción del salario
mínimo.
4. Permitir la negociación salarial empresa a empresa.
5. Privatizaciones del
sector público de la economía
6. Despidos en las Administraciones
Públicas y no sólo, no-renovaciones.
7. Apertura a la competencia
internacional, es decir, preparar el
camino para regalarle a los ‘depredadores’ el sector público español.
8. En el futuro: privatización del sistema de pensiones –ya lo ha sugerido Bruselas-.
En
resumen, estas medidas no son sino la
expresión de la lucha de clases: el despojo de la clase trabajadora en
beneficio de los poderes económicos naciones e internacionales.
El rescate, en absoluto pretende
solventar la situación crítica de la economía española. Tenemos el mejor
ejemplo en lo sucedido en Grecia: en su segundo rescate se le prestan 130.000
millones de euros que no podrán usar más que para el pago de sus deudas con los
bancos extranjeros. En este sentido, recordemos la modificación constitucional
emprendida por el ‘querido’ Zapatero y rubricada por Rajoy, por la que España
se compromete a priorizar los pagos de la deuda por delante de cualquier otra
necesidad del estado español. Es en esto y sólo en esto en lo que consiste el
rescate.
¿Hay salidas a esta crisis?
Esta
es la pregunta del millón que me hacen casi a diario algunas personas. Si
prescindimos de las recetas que se han venido imponiendo sistemáticamente en
todo el territorio de la UE y en general, en todo el mundo capitalista, por su
más que probada inoperancia y que actualmente, incluso cuestiona el propio FMI,
las soluciones habrá que buscarlas en la
otra orilla (así al menos les gusta ser situados a los que creen aún en el
sistema). Veamos:
En
síntesis, sus postulados parten del
supuesto de que es necesario incentivar la demanda y para ello proponen en
primen lugar fortalecer el mercado interno vía crecimiento de los salarios y
pensiones, a la vez que se incentive la demanda externa (las exportaciones)
incluso cambiando la estructura productiva para acudir a líneas de producción
más competitivas. Según este argumento, parece
desconocerse que en España la inversión
privada es excesivamente débil y si se intentase financiar acudiendo a más
gasto público, lo más probable es que el aumento de la deuda se convirtiese en
insoportable para el país. Por otro lado, si se quiere acudir a la financiación
exterior, el problema es que los amos de
Europa plantean que sólo se puede crecer gracias a la competitividad de las
exportaciones, lo cuál habría que conseguir vía reducción de los salarios,
lo que contrae la demanda interna y…, por tanto, no ayudarían con un programa de expansión del gasto público.
El
problema de las soluciones keynesianas
(avaladas por Krugman y Stiglitz, entre otros) es que, aún pudiéndose
implementar, no cuestionan el sistema
económico preponderante, ocultan las verdaderas causas de esta crisis sistémica
e ignoran la posibilidad de construir una economía al servicio de la mayoría de
la población: ¡Que todo cambie para que todo siga igual!
El capitalismo, no puede evitar las
crisis cíclicas y menos aún una crisis de este calado, las salidas que
históricamente viene tomando son las de posponer las crisis hasta la siguiente.
La única meta que han de proponerse la
inmensa mayoría de los ciudadanos, para salir de la crisis, es la salida de
este sistema que coarta y ahoga nuestro desarrollo económico, social y político.
Por ello, como en mis últimos artículos propongo, más de lo mismo:
Debemos salir de la eurozona (del
euro) y declararnos en default (quiebra) es decir, NO DEBEMOS, NO PAGAMOS.
Suponga que usted fuese un idiota
y suponga que usted fuese un miembro del congreso. Vaya, pero si estoy siendo
reiterativo.
Mark Twain
No hay comentarios:
Publicar un comentario