Me desayuno estupefacto con la noticia
relatada por Pablo Ordaz en El País y
que así describe en la entradilla: El llanto de la ministra Elsa
Fornero al anunciar los recortes hizo a los italianos conscientes de la
situación y también abrió un nuevo tiempo en la política.
Flipo, no con la noticia sino con el redactor,
así que ¿las recetas neoliberales de trabajar más años y por menos dinero se
enjugan a la vez que las lágrimas de la ministra?
He de sugerirle al director de El País que ascienda a Pablo Ordaz a
portavoz de los intereses de sus señoritos, si de esos que están en la
Trilateral y el Club Bildeberg, ¡sí! Porque después de este artículo se lo
merece
Me permito recordar al lector, poco avisado,
que se fije en la “profundidad” del mensaje económico/neoliberal que se
explica en unas pocas lágrimas y en “joder” a los de siempre.
Y el tipo en cuestión, Pablo Ordaz, afirma:”…Antes de las lágrimas de la ministra Elsa Fornero tal vez los italianos –como los españoles, como los franceses— no eran del todo conscientes de que, para salir de la crisis, será necesario hacer sacrificios”. Al vocero del “orden instituido” le recordaré algunas de las medidas que se han tomado en Italia y que quizás hayan sido estas las que han hecho llorar a la ministra, pero, seguramente de risa:
1.
Si se eliminaran todas las exenciones de las que ahora goza la
Iglesia en términos de IVA o IRPF, por ejemplo, se recaudarían unos 4.000
millones de euros. Hasta la Conferencia Episcopal admitió ayer que el plan
de ajustes podía haber sido "más equitativo".
2.
Se esperaba un impuesto ejemplar a las fortunas por encima del millón de euros,
que Monti desechó porque "habría
provocado una fuga de capitales"
3.
El aumento del IVA dos puntos a
mediados de 2012 o la reintroducción del impuesto sobre la primera casa (y eso
antes de que se conociera que no afectará a la Iglesia).
……
¡Esto si que
son medidas para llorar!
Estoy casi
convencido y no soy médico, que la ministra Elsa
Fornero tiene un “ovario poliquístico”, lo que según parece, está asociado
a una producción excesiva de prolactina que también es causante de una mayor
tendencia a mostrar los sentimientos que no tenía antes. Es el único modo de
explicar su lloro. ¿En el Gobierno entró
voluntariamente? ¿No la forzó nadie? ¿Las medidas que había ordenado tomar el
FMI, BCE y la UE eran conocidas?, entonces…
“Las lágrimas de la ministra de Trabajo, a tenor de
lo leído en la prensa italiana, marcan también otra frontera. La de la
credibilidad”…; “La de la credibilidad de los ciudadanos hacia la política, tan
desprestigiada en Italia –como en España, como en Francia— por quienes la han
convertido en un modo de vida y no de servicio”…,”Ahí está el descubrimiento” Estoy convencido que el Sr.
Ordaz, no está muy convencido de lo que dice o es bobo: asimila lágrimas a
credibilidad y que al fin, vía lacrimal las medidas antipopulares se vuelven
populares…, yo lo creo es bobo. Porque ni aún sus señoritos, sus jefes de El País, le conceden la más mínima
credibilidad.
Ahí le va al Sr. Ordaz otro ejemplo de lágrimas: López Portillo, presidente de México (1976-1982), pidió préstamos al Banco Mundial y al FMI con cláusulas usureras y devaluó el peso mexicano de manera brutal (un 400%), también realizó la escena del lloro, mientras decía que defendí al “peso como un perro”. El cachondeo en México todavía dura y eso que han pasado 30 años. Le dedicaron alguna coplilla…, y en España, le dieron el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional… ¡quizás por llorón!
Y para acabar de rematar la faena, Pablo Ordaz
nos deleita con su salida de la crisis: TODO CONSISTE EN LA SINCERIDAD DEL
POPE HACIA SUS ESCLAVOS Y ESTOS, VERÁN LA GLORIA: “…además de capear el temporal de la crisis, el Gobierno de Monti tiene
la oportunidad de inocular en los políticos la necesidad de establecer una
relación más sincera con los ciudadanos, y en los ciudadanos la posibilidad de
volver a creer en la política”.
Y al final la
vena poética: “Las lágrimas de la
ministra Fornero –lejos de avergonzarla a ella y a su Gobierno— vienen a regar
el futuro”. A quién debiera abrumar
este comentario es al plumilla, por su servilismo.
Valía más que
el tipejo en cuestión se dedicara a
informar a la opinión pública de quién es Mario Monti, el primer ministro
italiano y quienes son sus amos. Para ello recomendamos el excelente
artículo de Juan Gelman, en el que se
pone de manifiesto a quienes no se han de perder de vista[1] y no
ocuparse en minucias que distraigan de lo fundamental que son los recortes y
los ajustes promovidos, entre otros, por la llorona.
Recordar al
periodista que se le ha olvidado mencionar en el currículum de la ministra de
Trabajo italiana que también trabajó como asesora del Banco Mundial en Rusia,
Letonia, Macedonia y Albania. Además de vicepresidenta del consejo de vigilancia del banco Intesa San Paolo y al comité científico
de la patronal Confindustria. Con este pedigrí: ¿era posible otra actitud respecto a las pensiones de los trabajadores
italianos?
El individuo en cuestión utiliza las armas que en general los medios de comunicación vienen utilizando sin pudor alguno y que ha definido perfectamente Noam Chomsky[2]. En este caso en concreto, se han utilizado algunas de las 10 técnicas descritas por el lingüista norteamericano:
1.
La Distracción, desviar
la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos
por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o
inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes.
2. Dirigirse al público como
criaturas de poca edad, la mayoría de la información
dirigida al gran público utiliza discursos, argumentos, personajes y entonación
particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el
espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental.
3. Utilizar el aspecto emocional
mucho más que la reflexión. Hacer uso del
aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el
análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra
parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso
al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores,
compulsiones, o inducir comportamientos
4. Mantener al público en la
ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los
métodos utilizados para su control y su esclavitud.
5.
Estimular al público a ser
complaciente con la mediocridad. Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido,
vulgar e inculto…
6. Reforzar la auto-culpabilidad. Hacer creer al individuo que es solamente
él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su
inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de
rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se
culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición
de su acción. Y, ¡sin acción, no hay revolución!
Sr. Ordaz, si ella llora que harán las víctimas. Estos tipos/as no
son técnicos al servicio de su pueblo, son unos sinvergüenzas: prolongan la
vida laboral, basándose en la esperanza de vida, luego recortan la
sanidad y así nos morimos antes y percibimos menos tiempo la
pensión,…, luego se van a misa dominical (es probable que alguno de ellos
sea de misa diaria), allí expían sus culpas y salen “purificados” hasta la
próxima.
Nos llevará 10, 20 o más años, pero algunos acabarán ante los
tribunales de Justicia y entonces tendrán motivos para arrepentirse. ¿Acaso
creen los responsables políticos de esta crisis que se van a ir de rositas? ¿Tienen
dudas los representantes del cuarto poder al servicio del dinero, que no tienen
ninguna responsabilidad?...
Nos han metido (poder financiero, políticos y medios de comunicación) en
una situación límite de la que algún día se les pedirán cuentas y entonces
tendrán motivos para llorar, no para contratar plañideras y voceros como ahora.
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