viernes, 9 de diciembre de 2011

Las lágrimas de la ministra italiana de Trabajo

Lorenzo Rivilla (lorenzo.rivilla@gmail.com)

Me desayuno estupefacto con la noticia relatada por Pablo Ordaz en El País y que así describe en la entradilla: El llanto de la ministra Elsa Fornero al anunciar los recortes hizo a los italianos conscientes de la situación y también abrió un nuevo tiempo en la política.

Flipo, no con la noticia sino con el redactor, así que ¿las recetas neoliberales de trabajar más años y por menos dinero se enjugan a la vez que las lágrimas de la ministra?

He de sugerirle al director de El País que ascienda a Pablo Ordaz a portavoz de los intereses de sus señoritos, si de esos que están en la Trilateral y el Club Bildeberg, ¡sí! Porque después de este artículo se lo merece

Me permito recordar al lector, poco avisado, que se fije en la “profundidad” del mensaje económico/neoliberal que se explica en unas pocas lágrimas y en “joder” a los de siempre.

Y el tipo en cuestión, Pablo Ordaz, afirma:”…Antes de las lágrimas de la ministra Elsa Fornero tal vez los italianos –como los españoles, como los franceses— no eran del todo conscientes de que, para salir de la crisis, será necesario hacer sacrificios”. Al vocero del “orden instituido” le recordaré algunas de las medidas que se han tomado en Italia y que quizás hayan sido estas las que han hecho llorar a la ministra, pero, seguramente de risa:

1.      Si se eliminaran todas las exenciones de las que ahora goza la Iglesia en términos de IVA o IRPF, por ejemplo, se recaudarían unos 4.000 millones de euros. Hasta la Conferencia Episcopal admitió ayer que el plan de ajustes podía haber sido "más equitativo".

2.      Se esperaba un impuesto ejemplar a las fortunas por encima del millón de euros, que Monti desechó porque "habría provocado una fuga de capitales"

3.      El aumento del IVA dos puntos a mediados de 2012 o la reintroducción del impuesto sobre la primera casa (y eso antes de que se conociera que no afectará a la Iglesia).

……

¡Esto si que son medidas para llorar!

Estoy casi convencido y no soy médico, que la ministra Elsa Fornero tiene un “ovario poliquístico”, lo que según parece, está asociado a una producción excesiva de prolactina que también es causante de una mayor tendencia a mostrar los sentimientos que no tenía antes. Es el único modo de explicar su lloro. ¿En el Gobierno entró voluntariamente? ¿No la forzó nadie? ¿Las medidas que había ordenado tomar el FMI, BCE y la UE eran conocidas?, entonces…

“Las lágrimas de la ministra de Trabajo, a tenor de lo leído en la prensa italiana, marcan también otra frontera. La de la credibilidad”…; “La de la credibilidad de los ciudadanos hacia la política, tan desprestigiada en Italia –como en España, como en Francia— por quienes la han convertido en un modo de vida y no de servicio”…,”Ahí está el descubrimiento” Estoy convencido que el Sr. Ordaz, no está muy convencido de lo que dice o es bobo: asimila lágrimas a credibilidad y que al fin, vía lacrimal las medidas antipopulares se vuelven populares…, yo lo creo es bobo. Porque ni aún sus señoritos, sus jefes de El País, le conceden la más mínima credibilidad.

Ahí le va al Sr. Ordaz otro ejemplo de lágrimas: López Portillo, presidente de México (1976-1982), pidió préstamos al Banco Mundial y al FMI con cláusulas usureras y devaluó el peso mexicano de manera brutal (un 400%), también realizó la escena del lloro, mientras decía que defendí al “peso como un perro”. El cachondeo en México todavía dura y eso que han pasado 30 años. Le dedicaron alguna coplilla…, y en España, le dieron el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional… ¡quizás por llorón!

Y para acabar de rematar la faena, Pablo Ordaz nos deleita con su salida de la crisis: TODO CONSISTE EN LA SINCERIDAD DEL POPE HACIA SUS ESCLAVOS Y ESTOS, VERÁN LA GLORIA: “…además de capear el temporal de la crisis, el Gobierno de Monti tiene la oportunidad de inocular en los políticos la necesidad de establecer una relación más sincera con los ciudadanos, y en los ciudadanos la posibilidad de volver a creer en la política”.

Y al final la vena poética: “Las lágrimas de la ministra Fornero –lejos de avergonzarla a ella y a su Gobierno— vienen a regar el futuro”. A quién debiera abrumar este comentario es al plumilla, por su servilismo.

Valía más que el tipejo en cuestión se dedicara a informar a la opinión pública de quién es Mario Monti, el primer ministro italiano y quienes son sus amos. Para ello recomendamos el excelente artículo de Juan Gelman, en el que se pone de manifiesto a quienes no se han de perder de vista[1] y no ocuparse en minucias que distraigan de lo fundamental que son los recortes y los ajustes promovidos, entre otros, por la llorona.

Recordar al periodista que se le ha olvidado mencionar en el currículum de la ministra de Trabajo italiana que también trabajó como asesora del Banco Mundial en Rusia, Letonia, Macedonia y Albania. Además de vicepresidenta del consejo de vigilancia del banco Intesa San Paolo y al comité científico de la patronal Confindustria. Con este pedigrí: ¿era posible otra actitud respecto a las pensiones de los trabajadores italianos?

El individuo en cuestión utiliza las armas que en general los medios de comunicación vienen utilizando sin pudor alguno y que ha definido perfectamente  Noam Chomsky[2].  En este caso en concreto, se han utilizado algunas de las 10 técnicas descritas por el lingüista norteamericano:

1.      La Distracción, desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes.

2.     Dirigirse al público como criaturas de poca edad, la mayoría de la información dirigida al gran público utiliza discursos, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental.

3.     Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos

4.     Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud.

5.      Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…

6.     Reforzar la auto-culpabilidad. Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, ¡sin acción, no hay revolución!

Sr. Ordaz, si ella llora que harán las víctimas. Estos tipos/as no son técnicos al servicio de su pueblo, son unos sinvergüenzas: prolongan la vida laboral, basándose en la esperanza de vida, luego recortan la sanidad y así nos morimos antes y percibimos menos tiempo la pensión,…, luego se van a misa dominical (es probable que alguno de ellos sea de misa diaria), allí expían sus culpas y salen “purificados” hasta la próxima.

Nos llevará 10, 20 o más años, pero algunos acabarán ante los tribunales de Justicia y entonces tendrán motivos para arrepentirse. ¿Acaso creen los responsables políticos de esta crisis que se van a ir de rositas? ¿Tienen dudas los representantes del cuarto poder al servicio del dinero, que no tienen ninguna responsabilidad?...

Nos han metido (poder financiero, políticos y medios de comunicación) en una situación límite de la que algún día se les pedirán cuentas y entonces tendrán motivos para llorar, no para contratar plañideras y voceros como ahora.



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