jueves, 1 de diciembre de 2011

Y..., del euro ¿qué?


Lorenzo Rivilla (lorenzo.rivilla@gmail.com)

1.     LA CRISIS EUROPEA Y LAS POLÍTICAS DE AJUSTE

El tremendo error que supone el mantenimiento de las políticas de recortes sociales y de ayudas a la banca, impide que se puedan ofrecer soluciones a los problemas económicos existentes en Europa, ni siquiera con el incremento, cada día más intenso, de los sacrificios que se les está imponiendo a las poblaciones de los países periféricos.

Exprimir las últimas gotas del sudor de los pueblos y el expolio de sus aparatos productivos, va a dar lugar a una fractura social sin precedentes. Ahogando las economías de los países en problemas, es de imbéciles pensar que se va a poder pagar la deuda y avanzar en la construcción europea. Lo que se está produciendo en los países periféricos es un rechazo cada vez más profundo hacia Europa[i].

Los gobiernos europeos deben dejar de actuar como siervos de los poderes financieros, porque aquí se está gestando una segunda fractura quizás más importante que la anterior: la ruptura sin retorno de los pueblos con sus gobiernos, con los políticos (todavía alguno se pregunta: ¿Qué quieren los del 15M?).

Las políticas de ajuste no pueden resolver los problemas europeos y principalmente el del euro, porque los fallos derivan de una errónea concepción en la construcción de la eurozona: la falta de mecanismos que permitan la realización de políticas fiscales, la ausencia de un presupuesto suficiente en la UE, la ineficacia en la construcción del BCE que impide que este sea un banco que financie a los Estados cuando estos lo necesiten, la falta de una regulación adecuada sobre las entidades financieras, un control estricto de la circulación de capitales, etc. Por todo esto, no hay ninguna política de ajuste que resuelva un puzzle al que le faltan las piezas que le dan consistencia.


Los pretendidos beneficios que la pertenencia al euro han podido reportar a España son al menos, discutibles. Es verdad que la pertenencia a un mercado más amplio ha producido ventajas en costes, mejoras tecnológicas, competitivas, etc., pero las desventajas para nuestra economía han sido muy relevantes: hemos entregado parte importante de nuestras empresas industriales, agropecuarias, agroalimentarias y del sector servicios al capital europeo (principalmente a  grupos franceses y alemanes) más potente que el autóctono. Toda esta situación ha devenido en una pérdida de competividad del resto de empresas españolas que es alarmante. Y finalmente, esta es la razón última por el que la verdadera estructura productiva española esté ubicada en torno a la pequeña y mediana empresa, poco competitiva, incapaz de innovar y que ante el menor asomo de crisis se derrumba generando un enorme volumen de desempleo. Es en este contexto, en el que hay que situar las enormes cifras de paro en España mayores que en Grecia por ejemplo, aún cuando la crisis griega sea mucho más profunda.

Hemos recibido nominalmente muchos ingresos de la UE, sin embargo, algunos especialistas afirman que, si en ese rubro se incluyesen las verdaderas pérdidas de empresas y de producción potencial de la economía española, España es un contribuyente neto a la UE. En todo caso, al margen de esa evaluación, lo que es una verdad incontestable es que este país entregó su capacidad económica y su soberanía a cambio de unos ingresos que se han empleado con muy poca cordura. En muchos casos han servido para subvencionar actividades de trasnacionales que al final se han llevado su producción fuera de nuestras fronteras, o para tener más “km de AVE que Alemania...” y al poco tiempo tener que cerrar algunas de las líneas recién abiertas, o abrir aeropuertos que en realidad no llegaron a utilizarse, o…

Con ese dinero podríamos haber financiado una estructura productiva moderna y competitiva y al servicio de los ciudadanos, es decir se podría haber generado una corriente de bienes y servicios para todos que hubiese redundado en una sociedad más justa y equilibrada. Muchas de las acciones económicas del PPSOE en su alternancia de poder, ha estado más al servicio de los grupos capitalistas extranjeros (privatizaciones, subvenciones y exacciones de impuestos) que al servicio de los intereses nacionales que decían representar. Únicamente las grandes empresas españolas han sido realmente beneficiadas al tener libertad de circulación y unos mercados más amplios a los que las pequeñas no pueden llegar por falta de competitividad. Sin embargo y como contrapartida, nuestras grandes empresas han limitado de manera relevante el número de puestos de trabajo en el territorio nacional.

La situación europea como consecuencia de la crisis económica y política es muy grave, estamos ya en una segunda recesión económica y por otro lado, no hay capacidad efectiva real de llevar a cabo políticas económicas eficientes.

Por lo tanto, las únicas soluciones a corto plazo y que ya proponíamos anteriormente[ii], pasan porque:
  1. El BCE, actúe como un verdadero Banco Central haciéndose cargo de prestar a los países en dificultades para hacer frente a su deuda.
  2. Quita generalizada de la deuda con dos condiciones:
-        Los Estados sólo se harían cargo de la deuda propia y no de la derivada de prestar a las entidades financieras.
-        Elaborar un plan de pagos a largo plazo, realista y que no condicione el desarrollo y el crecimiento de los países.
  1. El Banco Europeo de Inversiones deberá adoptar el papel de suministrador de recursos financieros a empresas y consumidores. Así mismo, este Banco debería impulsar un plan urgente de reactivación de la actividad económica.
  2. Regulación del mercado de capitales y aplicación de impuestos a su circulación.
  3. Eliminación de los paraísos fiscales que aún existen en Europa
  4. Nacionalización de la banca
  5. Y a nivel político, es prioritario la adopción de medidas que impidan el sometimiento de los países miembros al eje Berlín-París, es decir, sólo la democratización y la integración real en una Europa de los pueblos podría limitar el poder de las naciones más poderosas y de los mercados financieros.
Pero, estas medidas “bienintencionadas” y que podríamos tildar de socialdemócratas, no pasan de ser “brindis al sol”. Ni aún estas medidas, preservadoras del sistema y las únicas que podrían sacarlo de la crisis, son aceptadas por los mercados y sus representantes (los políticos europeos).

Muchos economistas padecen/padecemos, la creencia en que la solución está en el reformas, para unos las ortodoxas, para otros las keynesianas, para… Sin embargo, todas esas medidas prescinden de la realidad social, parten de teorías obsoletas que sólo pueden servir coyunturalmente para la consolidación de sistema capitalista. De una vez por todas deberemos reconocer que los ciudadanos sólo encontrarán “soluciones” definitivas con la desaparición del sistema capitalista. La propia historia del capitalismo con: crisis-repunte-crisis-…, ha demostrado sobradamente a la humanidad que es un sistema injusto para las personas y el único, en que sólo unos pocos, son dueños de vidas y haciendas.

2.     MERKEL Y LA RUPTURA DEL EURO

Y a todo esto, con la que está cayendo, Merkel y el Bundesbank han impedido las compras a gran escala de bonos de países de la eurozona por parte del BCE. Esta podía ser la única medida que a corto plazo frenase la especulación de los mercados. Por otro lado, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera no ha sido capaz de constituirse como un instrumento para la intervención, dado que no ha sido competente para recaudar más fondos en los mercados financieros.  Se especula que el gobierno alemán favorece la no celebración de las compras del BCE hasta que haya un peligro inminente de incumplimiento, en cuyo caso podrían sancionar la intervención

Merkel, ha frenado también la introducción de los eurobonos, argumentando que los despilfarradores del Sur no adoptarían medidas de ajuste y que además, les permitiría incrementar sus deudas sin ningún tipo de penalización. La respuesta de los mercados ha sido inmediata: el costo de la deuda soberana de Italia y España se ha elevado y ahora comienzan a atacar a los bonos franceses a la vez que empiezan a vender masivamente los bonos alemanes a pesar de la fortaleza de esta economía.

La canciller propone un nuevo organismo, un “fondo monetario europeo” que tendría facultades para intervenir, supervisar o tomar el control de las políticas fiscales y económicas de los gobiernos nacionales y a partir de ahí crear los eurobonos pero con medidas aún más estrictas que las que propone la Comisión europea, lo que en definitiva, supondría la hegemonía alemana sobre la UE.

Por otro lado, es obvio constatar que es imposible sostener una unificación monetaria sin coordinación fiscal y económica. Esta crisis está poniendo de manifiesto que los países más poderosos económicamente, no están dispuestos a financiar a los países más débiles sin tener los mecanismos que les permitan “forzar” sus políticas económicas (tal y como se ha hecho fundamentalmente con Grecia, pero también con Italia). Para garantizar el éxito de UE a largo plazo, es necesaria la unificación de las políticas monetaria y fiscal de toda la eurozona, bonos soberanos comunes y transferencias reales de los países ricos a los débiles a fin de favorecer la integración económica y política.

En los años de bonanza económica el sistema capitalista podía favorecer la elevación de los niveles de vida de los ciudadanos, lo que a su vez fomentaba cierto grado de integración europea. Pero, la llegada de la crisis con los ataques al estado del bienestar ha elevado los niveles de nacionalismo y xenofobia. No es posible dentro del capitalismo superar los límites del estado-nación por medio de la creación de un superestrutura europea sin una organización federal. Las fuerzas que se han ido desatando en estos tiempos van a dar lugar a la ruptura del euro, con al menos dos zonas monetarias: la de primera, con los países centroeuropeos y la de los periféricos.

En Alemania se sigue viendo a los ciudadanos del Sur como parias derrochadores y en los países de Mediterráneo se comienza a odiar a Merkel. Esto es en parte consecuencia de la crisis, la aparición de populismos nacionalistas que a lo único que servirán es a desviar la atención de la realidad, quienes son los culpables de la crisis. Sin embargo, para Europa es un muy mal síntoma y casi el preludio de su desintegración.

En breve veremos como las recetas alemanas de austeridad en el gasto y disciplina fiscal, no sólo no atajan el problema sino que lo agravan. Los mercados, no se calmarán porque ven (si no lo hacen estarían ciegos) la inseguridad de Europa con una recesión encima, con una economía real frenada por la austeridad y en la que falta la red de seguridad del trapecista: los eurobonos.

Y a todo esto, amenazándonos con que el euro se rompe si no seguimos los dictados alemanes. ¿Por qué no expulsamos a Alemania de la eurozona como respuesta a sus coacciones?[iii]


[i] En España según los datos a los que se hace alusión , la desconfianza en la UE ha pasado de un 24% en 2001 a un 49% en 2011: http://www.elmostrador.cl/kiosko/2011/11/27/%C2%BFuna-europa-euroesceptica/
[ii] Artículos económicos del blog: http://hablemosdeconomia-lorenzo.blogspot.com/
[iii] Marshall Auerback publicó un magnificó artículo sobre el tema Para salvar el euro, es Alemania la que debe abandonar la eurozona  

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