Lorenzo Rivilla (lorenzo.rivilla@gmail.com)
Beatriz Pérez, de 28 años, es licenciada en química, en
bioquímica y máster en biología molecular, celular y genética. Después de dos
años de beca en el Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de Valencia
(con un salario de 13.200 euros anuales) y justo cuando la institución estaba
obligada a contratarla, se ha quedado en la calle sin indemnización ni derecho
a paro y con la tesis doctoral a medias.
Beatriz, te llamaré amiga, si me lo permites, ¿por qué no te vas a Alemania? ¡No
podrás salvar tu tesis!, ¡no podrás trabajar en tu profesión!,… ¡este es el mensaje de tus representantes
políticos!...
Tu currículum, como
el de tantos otros ciudadanos españoles, no es importante,… ¿no te lo habían
dicho? Aquí se puede ser ministro sin
saber leer o escribir o razonar, basta con ‘servir’ adecuadamente. Tú
problema querida amiga, es que has nacido (como todos nosotros) en el país
equivocado. Un país que invierte en educación y cuando el “producto” está
acabado, lo envía Alemania o a EE UU, o a…, para que allí rentabilicen lo que
hemos pagado aquí.
Los 24 años que
te ha costado a ti llegar a dónde estás ahora, el elevadísimo precio que tu
formación ha costado al Estado, los sacrificios personales, probablemente los
de tus padres tanto en el plano anímico como crematístico, tus esperanzas,
etc., en manos de unos desaprensivos que
prefieren “fardar” en AUDI que financiar tus miserables 13.200€/año.
Y, Beatriz,
¿cuántos como tú? Lo mejor de nuestra
juventud se irá fuera del país y lo peor de todo es que no podrán volver a
rendir los frutos de su conocimiento y esfuerzo. Podemos permitirnos gastar más de 60 millones de euros en la
operación de bombardeos en Libia, por cierto, contra un pueblo que nada nos
había hecho. Con ese dinero se podrían
financiar 4.500 becarios de tú nivel que aportarían al país “algo más” que
las bombas que les lanzamos a los libios.
¿Cuántos becarios
e investigadores se podrían financiar con el total gastado en la guerra de
Afganistán o nuestra presencia en Kosovo, o en el Líbano, o…? ¿Cuánto nos cuestan estas aventuras de las
que nada dice ni candidato, ni el opositor? ¿Podríamos acaso tener una
investigación puntera en Europa si prescindimos de este internacionalismo guerrero?
Y, en definitiva,
lo que verdaderamente importa y que a ningún político preocupa ¿qué prefieren
los ciudadanos españoles, las guerras
del “Imperio” a las que acudimos cuál “perritos fieles” o unas líneas de investigación bien
financiadas?
El problema de
todo esto, no es ni tan siquiera la opción que se presenta: “mandatos del
imperio” o inversión en investigación. El verdadero problema es que las decisiones que toman los políticos
nada tienen que ver con los deseos y las necesidades de los ciudadanos. Estos
“tipejos” obedecen únicamente a sus
“amos”, y tú Beatriz y yo, e incluso lo que está por encima de todos
nosotros que son los intereses comunes, no significan/mos nada para ellos.
Siento en todo
caso, que tú único camino sea la
emigración, o la “primitiva”, o “Gran Hermano”, pero… esto es lo que hay en nuestro país…,
un enorme abrazo y lamentando profundamente tus problemas me despido de ti.
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